martes, 16 de abril de 2019

EL MUNDO A TRAVÉS DE LAS ERAS











Es imposible hallar el momento en que el ser humano comenzó a cuestionarse su existencia con las preguntas: ¿qué hacemos acá? o ¿en dónde estamos?, ¿qué es la creación?. Con el paso del tiempo y el estudio de las estrellas se ha dibujado un largo camino hasta llegar a lo que sabemos hoy.











La rueda astrológica











Monedas galas: la primera representa el curso del caballo solar llegando al trópico de Cáncer (solsticio de verano) y vuelto al solsticio de invierno (trópico de Capricornio). En la segunda moneda se ve el símbolo del año, entre el Sur (representado por el símbolo del Sol ʘ) y el norte (representado por un jabalí boreal). En la tercera está representado el calendario entre el Sol ʘ y la Luna . En la cuarta aparecen representados el Tiempo, el Sol y el Jabalí. En la quinta se representa al movimiento diurno. Y por último en la sexta moneda está grabado el caballo y el signo del curso de los astros (todo esto de acuerdo al hemisferio norte)











Moneda astronómica de la China (ignoro época)











Moneda astronómica del Japón (ignoro época)











El antiguo sistema de los primitivos Arios (nobles): VARUNA "el Cielo", PRTHOVI "la vasta extensión, la Tierra" y DYAUS "Dios" o la "Luz", II milenio a. C (prtv [پرتوen persa significa "brillo"). Uno de los términos más antiguos para referirse a la "Luna" se encuentra en el sánscrito glu (= brillar) en el sueco gläns (= brillo) y en el irlandés antiguo gealach (= Luna) entre otros, de éstos han derivado en Glucina, Lucina, Luna, y el inglés "glue" (= "pegamento", pero el profundo sentido indoeuropeo nos estaría diciendo "brillante"). Hasta hoy pervive en muchos idiomas modernos el "glu" para referirse a una cosa brillante, sobre todo si ese brillo es artificial o "prestado": gluten, glicerina, glamour, glass (= vaso de vidrio en inglés), gloria (= alcanzar la luz), es increíblemente difícil captar el momento de la invención de ese término, no se puede saber si fue primero el adjetivo (luz) o el sustantivo (Luna).










Las constelaciones del norte a la orilla del mar, según un antiguo grabado: Lira, Casiopea, la Osa Menor, el Dragón, Andrómeda, la Osa Mayor, Capeta y Algol (o cabeza de medusa)











El sistema de los antiguos latinos, s. XVIII a. C. El nombre de JÚPITER parece derivar del sánscrito Deva-Pitar (= "Dios Padre") o bien del latín "Ju-vare" (= "ayudar", "el protector", "el bienhechor"). El término para designar al Sol nos viene igualmente de la patria de los Arios: en sánscrito, SURYA (= Sol); lituano, SAULE (= Sol); gótico, SAUIL (= Sol); en gálico SUL (= Sol); en antiguo bretón, HEOL (=Sol); en la lengua de los antiguos cimerianos, los escitas euroasiáticos, HAUL (= Sol); en griego, HELIOS (= Sol), en latín, SOL (= Sol) y el Sheol de los hebreos, que para ellos es un "infierno", donde se purgan las almas, es decir hacia el oeste, al inframundo, donde el Sol se esconde cada noche. En acadio ILU significa altísimo. Rafael García Pérez en su traducción del Völuspà dice lo siguiente acerca del término "hel": "etimológicamente tiene el mismo origen que el verbo (islandés) hylja [= "esconder"], que deriva del indoeuropeo kel, con idéntico significado". De esto se deduce que los pueblos nórdicos y escíticos estuvieron bastantes miles de años en el norte, bastante más al norte de donde se los encontraba hace unos 2000 años atrás, pues al Sol se lo llamaba algo así como "el escondido", en referencia a los inviernos de 3 a 5 meses en esas latitudes y lo bajo que se encuentra en el horizonte. Este término pervivió hasta hoy, deformado, en varios idiomas del mundo y aquello atestigua también el alcance, influencia y dominio de estos pueblos del norte. El predecesor de hel o hil (de la rama indoeuropea) se encuentra en el finés valo (= luz); en el estonio heledus (= brillo); en el húngaro hold (= Luna) y en el euskera ilargi (= Luna) como prefijo (las tres primeras son lenguas urálicas y el euskera -más antiguo aún- tiene orígenes indeterminados, según el oficialismo) éste último similar al griego argos (Άργος = brillante [sin el viejo prefijo "hl, hel o hil"]). Existe la posibilidad de que el prehistórico "hele" (= Luna, luz) anteceda por varios milenios al "ar" (= brillo) que se encuentra muy extendido por el mundo con el significado de montaña y luz; y tal como dice Theo Vennemann, parece ser que ciertos términos o palabras de objetos que siempre han estado en contacto con la humanidad, como el fuego, el sol, las montañas, la luz, el agua, etc, tienen un sustrato vascónico, es decir que hace muchos milenios atrás el euskera fue una lengua que se hablaba prácticamente en toda Europa. Con el paso de las eras, los idiomas ulteriores se fueron acoplando uno encima de otro hasta hoy, tiempo en que se reconocen solo unas pocas similitudes entre ellos. Es curioso el hecho que en algunas de las lenguas más antiguas y lejanas "hel" fue un término femenino y relativo a la Luna (¿antiguo matriarcado?), pero con el pasar de las generaciones se le aplicó un cariz masculino, solar (¿llegada de los invasores patriarcales?).

Robert Graves asimila el término hel o hele como una reminiscencia gramatical e histórica de un pueblo; los helenos, adoradores de la Luna: <<Heleno, el hijo de Deucalión, era el antecesor epónimo de toda la raza helénica. Su nombre demuestra que era el representante real de la sacerdotisa de Hele, o Helén, o Helena, o Selene, la Luna. Según Pausanias, la primera tribu llamada helena llegó de Tesalia, donde se adoraba a Hele>>.  En realidad no se sabe si la asimilación de este término (hel) con la Luna, es anterior o posterior al culto Solar, aunque me inclino más por la primera.











Sistema de los griegos, s. X a. C. KOILOS y GE, el Cielo y la Tierra. KOILOS (= cóncavo, hueco), GE (= generatrix, matriz). El latín "terra" tiene la raíz "ta", "tar" o "har" que significa "construcción", "lugar estable", "establecimiento", etc. Dicha raíz tiene los siguientes antecedentes: "tierra" o "lugar" se dice en euskera herri; en rumano țară; en indonesio tanah; en hebreo haretz=ארץ; en gótico airþa=𐌰𐌹𐍂𐌸𐌰; en griego óros=όρος; en árabe ạ̉rḍ=أرض; en bajo alemán eer; en gaélico escocés tir; en sánscrito dharā=धरा; en armenio erkir=երկիր; modernamente en inglés earth y tierra en español, además de algún verbo relativo al cultivo y el contacto con la tierra como "arar".









Sistema de Ptolomeo, s. I de nuestra Era










Uno de los tantos Sistemas planetarios de la Edad Media. Lambertus Canonicus (Liber Floridus), s. XII.










Sistema de Copérnico, s. XVI.










Sistema de Tycho-Brahe, s. XVI.









Sistema de fines del s. XVII. El planeta se encuentra sostenido por el aire y la "materia celeste"










Sistema de los antiguos sacerdotes de los Vedas. Éstos hicieron sostener al planeta por doce columnas, II milenio a. C. (Indo-Iraníos de tez blanca)










Sistema de los hindues (dravidas de tez oscura). La Cúpula de la Tierra aparece sobre los elefantes -símbolo de firmeza- y éstos a su vez encima de una tortuga, representante del planeta flotando en el aire, o en un mar primordial, pues ésta parece aletear/volar, I milenio al s. V a. C. La interpretación dravida es mucho mas profunda en sus conceptos que la de los sabios sacerdotes iraníos.










Tierra cilíndrica de Anaximandro, s. VI a. C.










La tierra cúbica atribuida a Platón. Así se representaba de forma alegórica la "imperfección" de la creación en la Tierra, puesto que la figura de la perfección es la esfera, s. IV a. C. Esta idea no sería extraña en Platón, pues creía en el Demiurgo (Yahweh hebreo), un dios inferior que había creado el mundo material y sensible.










Sistema Egipcio, I milenio a. C. Nut; el cielo estrellado, es sostenida por su padre Shu; Dios del aliento vital y el aire que se encuentra al nivel de la atmósfera, éste a su vez es sostenido por Geb, la Tierra










Mapa de la Tierra de Homero, s. VIII a. C.










La forma de la Tierra y del Universo según Cosmas s. VI. En estas fechas ya Cosmas había escrito que la Tierra tenía la forma de un cofre; para esto se basó en un argumento bíblico, y más en concreto en el Tabernáculo de la Alianza, era este una representación de la Tierra a escala. En ésta se encuentra el Sol oriental, el occidental y Dios, arriba.










Dibujo de Cosmas, que representa los cimientos de los muros que se levantan de cada lado del Cielo; el firmamento transparente, el depósito de las aguas superiores y la bóveda celeste. s. VI.










Otro mapa de la Tierra según Cosmas. s. VI. A su derecha se encuentra el Paraíso Terrenal











La Tierra según algunos geógrafos cristianos y árabes del s. XI.










Corte de la Tierra en el sistema Ptolemaico cristianizado, que representa el interior y las divisiones del infierno










Mapamundi de las Grandes Crónicas de San Dionisio. s. XIV.









Mapamundi de Marco Polo, s. XIII.










El sistema terrestre de los sacerdotes mesopotámicos, IV milenio a. C. Ver numeración en la imagen: #1 el cielo superior es el lugar o residencia de Anu (An = "cielo"). #2 el cielo intermedio es el lugar de residencia de los dioses celestes, los Igigi. #3 el cielo inferior es el lugar de residencia de las divinidades astrales. #4 en esta parte se encuentra la tierra de los hombres, rodeada por el mar (#8). #5 el infierno superior es el lugar de residencia de los fantasmas de los difuntos. #6 el infierno intermedio es el Apsu, la gran capa de agua dulce, lugar de residencia de Enki/Éa (correspondientemente Señor de la Tierra y Señor del Agua). #7 el infierno inferior es el lugar de residencia de las divinidades infernales, los Anunnaki. #8 el mar, que rodea la tierra de los hombres. #9 en este lugar se encuentran las montañas del límite del mundo. #10 y por último el océano cósmico.








EL PARAÍSO TERRENAL


El paraíso terrenal, las soñadas y desconocidas tierras de la antigüedad...




El paraíso terrenal según los cosmógrafos del s. XV.









El paraíso terrenal según otra representación del s. XV. Antiguamente se pensaba que el paraíso se encontraba en las proximidades de la India y Medio Oriente

















La creación del mundo. Detalle del Jardín de las Delicias, Jheronimus van Aken (o Ieronimus Bosch) realizado en 1500 a 1505








<<Sucederá que la Tierra se precipitará en el abismo & sucederá que se mantendrá en el centro & sucederá que se extiende plana en los vastos espacios>>

(William Blake, Jerusalem, 1804 [citando a Franciscus Aquilonius, Optica, 1611])





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