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En esta entrada tengo el agrado de presentar un documento de enorme importancia. Su autor fue un eminente etnólogo y sacerdote austriaco de principios del s. XX, Martín Gusinde (Los Indios de Tierra del Fuego: los selk'nam. Centro Argentino de Etnología Americana. Tomo I, Volumen II). El apartado más interesante es donde se escribe sobre Kẹnós, un dios ✱selk'nam (ona), al parecer de gran antigüedad, pues ni siquiera esta vetusta etnia conoce sus orígenes. Hay quién asegura que Kẹnós representa al primer hombre sobre la Tierra, a un reformador, una especie de ente o alma primigenia que formó las montañas, valles y bosques. Otros interpretan la aparición de este ser como el arribo de un enorme cometa e incluso de una Luna; un astro que hace milenios surcaba nuestro cielo y que luego de varios años de descenso cayó sobre la superficie dejando un gigantesco exterminio a su paso e iniciando con su impacto la última Era Glacial (110.000 antes del presente). Pero esta afirmación es bastante improbable y se acerca a la Cosmogonía Glacial de Hans Hörbiger, una teoría ya desechada por las investigaciones modernas.
✱ Significa "guerreros de elite" o "guerreros de la rama separada"
KẸNÓS
<<Junto al Río del Fuego, a principios de febrero de 1922, Čikiol (informante selk'nam) me puso en contacto por primera vez con Kẹnós. Era mi tercer viaje, antes de eso no había leído ni oído este nombre propio. Čikiol me narró acerca de Kwányip y de sus hazañas; pasó luego a hablar de Čénuke y dijo: "Este se había hecho cargo del trabajo de Kẹnós es decir, lavar a los hombres cuando estos habían levantado tras breve sueño; tenían mal olor". Dejé que siguiera hablando sin interrupción, y pasó las últimas horas de la tarde con variados comentarios. Al día siguiente continuamos con nuestra plática. Solo logré saber lo siguiente: "Los selk'nam saben poco de Kẹnós. ¡Ya ha pasado mucho tiempo desde que estuvo en nuestra Tierra!". Pero el saber de Čikiol era limitado. Al año siguiente obtuve de algunos ancianos fidedignos informes más consistentes. Es cierto que los pormenores son escasos pero tanto más significativo es su contenido. Pues Kẹnós se sitúa en el comienzo del mundo legendario, en el principio de todo el devenir; él es el organizador de la patria de los selk'nam.
>>Otros giros también narran que Kẹnós apareció en estas tierras como el primero de todos los antepasados y hombres.
>>La palabra "madre" tiene aquí un sentido especial: "No es como una madre aquí, entre nosotros, que amamanta a su hijo... Šó'ónh no era una mujer, que ha parido a Kẹnós... La cúpula celestial se había extendido sobre Kẹnós de la misma manera que una madre extiende el manto sobre su hijo".
>>"El sur fue su padre". Esta equiparación surgió de la idea según la cual Kẹnós se había establecido preferentemente en la parte sur de la Isla Grande. Una vez que pregunté: ¿Así que el viejo Kehač'ónh fue el padre de Kẹnós?, negaron rotundamente esta pregunta. Kehač'ónh es un ✱✱ḥówenh, y en aquel entonces no estaba aún presente aquí; por otra parte, se lo tiene por hijo de Táremķelāš... Kẹnós fue el primero de todos los antepasados, vivía aquí donde vive nuestro grupo (en la región sur), por lo tanto pertenece al sur. El sur, exactamente la región sureña, se hace pasar por un "padre" de Kẹnós en esta locución nada extraña, porque este permaneció allí por tiempo prolongado. "Šó'ónh y Wó'ok fueron los padres de Kẹnós, pero no de la manera en que aquí, entre nosotros, un niño tiene su padre y su madre". El vocablo wó'ok significa en realidad "la región sureña".
>>Nadie sabe cómo ha iniciado kẹnós su existencia. Sólo se dice: "Fue enviado a esta Tierra por Tẹmáukel. De inmediato comenzó con sus peregrinaciones". Su existencia se deriva en línea directa del Ser Supremo; su aparición, como personalidad totalmente desarrollada, es completamente repentina. Así como no posee verdaderos padres, con mayor razón no posee antepasados.
>>Respecto de Tẹmáukel, Kẹnós se halla en una extraordinaria relación de dependencia: es el instrumento ejecutor de las que el Ser Supremo tiene respecto del mundo, es el transmisor de sus cargos a los de la Tierra. "Tẹmáukel ha encomendado a Kẹnós organizar todo aquí entre nosotros. 'Aquél/allá/arriba' ha dicho a Kẹnós como deben vivir los selk'nam. Kẹnós fue un embajador de Tẹmáukel">>
✱✱ Antepasados de gran antigüedad
KẸNÓS Y LA COSMOGONÍA SELK'NAM: EL ASPECTO DE UN MUNDO YA DESAPARECIDO
<<El mundo al que ingresó (Kẹnós) cuando vino a esta Tierra era distinto al mundo que abandonó. "En aquel entonces la Tierra era una superficie chata e informe. Las montañas son ḥówenh. Éstos llegaron más tarde. Sólo al fin de sus vidas se convirtieron en laderas rocosas, colinas, o en cerros. Kó'ox, el ancho mar, no se cuenta entre los primeros antepasados. Los numerosos cursos de agua, las lagunas y los ríos fueron causados por el habilidoso Táįyin, con su potente honda. El suelo era macizo y duro; Kẹnós podía marchar libremente en todas direcciones. En aquel entonces no corrían ríos, pues éstos sólo ahora bajan de las montañas. Allí provienen de la nieve. Xóše es un inmenso ejército de hombres. El poderoso Xóše vino simultáneamente con Táremkelạš, el mayor en edad. En ese tiempo Kẹnós ya estaba ubicado en el cielo. No existía el frío, pues Xóše no había llegado aún. Los vientos llegaron a nuestra Tierra más tarde. Aquí cada uno eligió para sí la comarca en la que está ubicado hoy en día. Ciertamente existían pequeñas plantas y arbustos, pero eran así como en Táusen (región junto al Río del Fuego). La Tierra de entonces estaba ubicada debajo de una cúpula. Pero esta cúpula era más baja y estaba mucho más cerca de la Tierra que ahora. Sólo más tarde ascendieron a ella el Sol, la Luna, Kwányip y las demás estrellas, después que el mismo Kẹnós se ubicó allí. La luz era como al amanecer y al atardecer, cuando no se puede ver a Krán, el Sol".
>>Todo el comienzo del acontecer en el mundo fue integralmente amorfo y simple. Sólo la continuidad del desarrollo trajo consigo una permanente estructuración y la (actual) riqueza de formas, así como también el crecimiento numérico de los objetos de la naturaleza y de los seres vivientes; es decir, un progreso en todas direcciones.
>>Aunque toda la naturaleza visible es considerada por nuestros indígenas como viviente y animada, ni la cúpula celestial ni la Tierra son incorporadas al mito como personalidades. Cada uno de estos amplios reinos sólo sirve de telón de fondo para la aparición y la actuación de los antepasados y de los hombres. En sentido impropio el cielo visible se expresa como "madre de Kẹnós". Pues él es el conformador de este mundo. Quien narra la actuación de este personaje, describe al mismo tiempo el comienzo de todo el devenir, especialmente de la patria misma de los selk'nam, pero también más allá de ésta.
>>Al principio, la Tierra era lisa y plana. Aún carecía de montañas, valles, ríos y del ancho mar. Desde cualquier punto, Kẹnós podía abarcar con su mirada esta Tierra. El suelo era duro y seco. En ninguna parte había terreno pantanoso. Kẹnós podía marchar en línea recta hacia todas direcciones. Se trasladaba de un lado a otro, y aún llegaba hasta donde el Cielo y Tierra se tocaban.
>>Así era la situación aquí cuando llegó Kẹnós. Sólo existía la Tierra plana, que era mucho más pequeña que la actual, pues la cúpula celeste estaba mucho más baja que ahora. En aquel entonces no había ni nubes, ni estrellas. Las estrellas, como también el Sol y la Luna, vinieron después. Ellos son ḥówenh. Tampoco estaba aún Xóše con su gente, y también faltaba el frío sur con su familia. La gente señalaba como una gran comodidad de aquella época la falta del frío, con su secuela de nieve y hielo.
>>El firmamento era transparente. Sólo más tarde se le antepusieron las nubes, neblinas y torbellinos de nieve, que son antepasados.
>>Aún no existían ni el viejo Hombre-Sol Kránakhätaix, ni su hijo Krán. Sólo había tanta luz como al amanecer o al anochecer. Con eso se quiere significar que la luz era una débil penumbra.
>>La Tierra plana e informe pronto recibió su estructuración y el firmamento vacío de astros y libre de nubes se pobló densamente. Kẹnós ingresa abruptamente en este mundo como la primera personalidad de aspecto humanoide; él otorga su existencia a muchos seres vivientes de la misma especie. Todos ellos se transformaron al fin de su peregrinación terrenal en montañas o ríos, en animales o cuerpos celestes. Su permanencia en el lugar donde comenzaron su existencia dió a la patria de los selk'nam la multiplicidad de formas que evidencia hoy>>
KẸNÓS ASCIENDE AL CIELO
<<Kẹnós fue el primero en ascender al firmamento. Allí se convirtió en aquella estrella que en invierno se ve a la mañana por breve tiempo. Con ello se refieren a Aldebarán, la estrella alpha del Toro [α - Taurus]. Junto con él ascendieron aquellos tres hombres que aquí siempre habían estado en compañía. Más tarde le siguieron muchos otros antepasados.
>>En el firmamento está ahora también Kesórenk, otrora un hombre llamativamente hermoso. Él supera a todos los demás en brillo. Esta estrella es Sirio, la estrella más brillante en el hemisferio austral.
>>Čénuke tenía una familia numerosa, y se la llevó íntegramente hacia allá arriba; todos están ubicados muy juntos uno del otro. Es decir, Čénuke es Proción [α - Can Menor].
>>Tenenesk (informante selk'nam) nombró a Venus como estrella vespertina, diciendo que es Kankáiyuš que aparece inmediatamente después de haberse ido el Sol.
>>La Vía Láctea es llamada Ḥormáin, y dicen que son muchos antepasados, ubicados muy cerca uno del otro>>
Algunas estrellas del Ofiuco (= "Portador de Serpientes") forman la úlẹ (= "vestimenta") de Čénuke
EL SOL Y LA LUNA
Muchos relatos antiguos de los selk'nam son explícitos, ambiguos y contribuyen bastante a la imaginación; cabe preguntarse si en realidad, en un pasado muy remoto, nuestros cielos tenían otra configuración, pues el relato que sigue, sobre todo el párrafo final es categórico y lo remarco en negrita. En todo el corpus mitológico de los selk'nam se nos aparecen astros y elementos que en realidad existen y se pueden identificar; entonces ¿por qué habríamos de dudar de sus palabras? ¿cuál es ese astro que los selk'nam llamaban "viejo hombre-Sol" y que ha desaparecido? ¿contemplaron los selk'nam y las tribus circundantes unos cielos distintos a los de nuestros días?
<<El mito prefiere ampliamente a estos dos astros, que ahora -como marido y mujer- se enfrentan con enemistad mortal. Los ancianos selk'nam dicen... "El hombre-Sol corre constantemente tras la mujer-Luna sin alcanzarla jamás; pues Krá es mucho más astuta que Krán".
>>Se los considera como los únicos cuerpos celestes que aún hoy, hacen valer una influencia determinante sobre la vida de los seres humanos aquí abajo. En especial es la mujer-Luna la que a veces da que hacer a la gente, más de lo que le resulta deseable y agradable. Ni aún el arte de los xó'on más poderosos (chamanes) puede detener sus arbitrariedades: "La mujer-Luna nos atormenta mientras está aquí, pues es muy poderosa y caprichosa. Krán en cambio, es benevolente con nosotros. Las estrellas están allá porque han ascendido como antepasados a la cúpula celestial. Nosotros les ofrecemos el respeto que ellos esperan. Pero Kránakhätaix, el viejo hombre-Sol, no está visible; nadie sabe dónde puede haber quedado">>
RASGOS FÍSICOS DE LA ETNIA SELK'NAM
<<El selk'nam generalmente es alto, pero su estatura está muy por debajo de los dos metros establecidos como mínimum para que debiéramos clasificarlo en la categoría de gigante. Su mayor altura alcanza 1.84 metros en el hombre y 1.70 en la mujer. Además de la raza, tres factores imperan para que los selk'nam sean grandes: las excelentes condiciones higiénicas en que viven, el ejercicio regular y constante y la abstención absoluta de bebidas alcohólicas, del tabaco y demás degeneradores de la especie humana. La coloración cobriza amarilla de la piel, común al grupo de razas americanas, tiene el selk'nam una variante que me apresuró hacer notar. No es el amarillo de las razas mongólicas, no es el de las razas que habitan el norte, el centro y el sur de América. Las mujeres son de color más claro que el hombre, los niños son bastante más rosados pero a medida que crecen la coloración oscura se acentúa. Los selk'nam se llamaban a sí mismos shilkenam, por ej. shilkenam ka haruhin: shilkenam (nombre de la raza) / ka (posesivo) / haruhin (terreno), es decir: "territorio de nuestra raza" o "territorio de nosotros los shilkenam">>
Los Onas, Carlos Gallardo, Cabaut y cía editores. 1910
GALERÍA FOTOGRÁFICA
Danza Kulpush, llamada "Danza de la Serpiente". 1914, Lucas Bridges. (Todas las fotos que siguen son de Martín Gusinde del Hain de 1923)
Halimink, asistente del director del Hain de 1923. El Hain es un ritual de tipo iniciático, en donde los niños de 17 años (klóketen) pasan a convertirse en hombres. También se recuerda la destrucción del matriarcado y el nacimiento del patriarcado. Se supone que en esta ceremonia las mujeres eran totalmente conscientes de que estaban frente a hombres disfrazados, pero a pesar de todo éstas actuaban como si estuvieran impresionadas por la visión de aquellos "dioses". El rito rememoraba una época muy lejana, tiempo atrás, cuando las mujeres pretendían ser diosas, por aquella razón la extravagancia de los disfraces; es decir, en el Hain, los hombres hacían burla de las mujeres, en realidad se dice que cada Shoort representaba un espíritu femenino. Según mi opinión muy personal, el origen de este culto es el desconocimiento del tiempo de gravidez; en pocas palabras, al no saber aquel detalle, los hombres y la sociedad de aquella prehistórica época creían y pensaban que la mujer daba a luz de forma espontánea, lo que la convertía en una especie de "diosa dadora de vida"... pero su secreto no duraría toda la eternidad.
Toin y probablemente Hotex, listos para un ritual fálico, 1923.
Shoort del Noreste (izquierda) y Shoort del Sudoeste (derecha)
Hombres pintados para la escena Kewánix, 1923
Tanu del cielo del Sur con su espalda hacia el público. Este enigmático personaje representaba la riqueza y la creatividad de los selk'nam, ciertos autores dicen que era cruel y solía herir a los hombres en el ritual
Ulen, "quien juega con su doble"
K'terrnen (izquierda) acompañado de Tenenesk (derecha) uno de los informantes de Gusinde
Un momento durante la escena llamada Kewánix
Una madre selk'nam, hacia 1923
Dos Koshménk, "cornudos", 1923
Mujeres selk'nam, hacia 1923
Uno de los siete Shoort. Los siete Shoort representaban los espíritus de los siete antiguos cielos o territorios y linajes selk'nam.
Shoort subordinado (izquierda), el de la derecha es del viento Sureste
Shoort del Sur
Shoorts subordinados
Shoort del Este
Shoort subordinado
Comienzo de un ritual para atraer el buen tiempo
Kötaich, Gusinde lo describe como un espíritu del cielo, pero las tradiciones antiguas lo asocian con la tierra
Familia selk'nam
Mujeres selk'nam
Matan, uno de los Shoort
Tenenesk como director del Hain de 1923
Tres muchachas selk'nam
Mujer selk'nam (Ángela Loij). Llaman la atención sus sinuosos y marcados rasgos fueguinos. Los ojos rasgados de las razas americanas son producto de su asentamiento en zonas con frío extremo, desde que no eran más que clanes prehistóricos, hace milenios, en su lugar de origen (Eurasia). Los primeros Homo Sapiens de Asia (85.000 a. C.) desarrollaron la llamada "brida mongólica" para proteger sus ojos del frío y la luz, hace unos 60.000 a 40.000 años atrás. Los muchos pueblos del mundo que tienen esta "brida" en los ojos, descienden de unos ancestros que estaban adaptados al frío. Lo curioso, es que estos linajes tienen su origen en otro continente, como si de alguna forma estuvieran preparados genéticamente con antelación para vivir en estas zonas. Si se observan sus rostros se aprecia en ellos una gran diversidad, pero hay rasgos que predominan; por ejemplo su larga nariz, su nariz ha evolucionado para que el aire no ingrese tan frío a los pulmones y sus rostros cobrizos son para evitar quemaduras por la luz reflejada en la nieve.
<<Pero finalmente, ¿era un secreto? ¿estaban realmente engañadas las mujeres? Y si no era así, ¿por qué durante la ceremonia solían comportarse como si creyeran que los espíritus eran sobrenaturales? Y los hombres, ¿creían ellos que los espíritus realmente existían?>>
Anne Chapman, Hain: Ceremonia de Iniciación de los selk'nam de Tierra del Fuego. Editorial Pehuén, 2012.
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